INDEPENDENCIA
EN EL CONTINENTE AMERICANO
Las
ideas del liberalismo político (Locke, Montesquiem, Voltaire,
Rousseau)
fueron llevadas a la práctica, por primera vez en la historia,
en el continente
americano, en el norte en la década de los años 1770
y 1780 y en el centro y sur
durante la primera mitad del siglo XIX. Aunque ambos conglomerados
territoria¬les eran
propiedad de metrópolis europeas y la forma de independencia
mediante
guerras fue similar, sin embargo el enfoque político económico
posterior sería
completamente diferente.
En el norte los Estados Unidos comenzaron una expansión colonizadora
hacia el oeste, unificando territorios en los que existían
grandes divergencias
económicas, sociales y de mentalidad pero unidos políticamente
como demostra¬
rían años más tarde en la Guerra de Secesión
(1861 65), origen de la transfor¬
mación económica en los Estados.
En el centro y sur la evolución fue opuesta, a las guerras
de independencia J
siguieron las guerras civiles y las fronterizas provocando ruina económica
en las
ciudades costeras y, mayor aún, en las del interior; las nuevas
repúblicas inde¬pendientes
no supieron formar confederaciones amplias de estados, dependiendo
todas posteriormente, en mayor o menor grado, de potencias exteriores.
LA
INDEPENDENCIA DE ESTADOS UNIDOS
Las trece
colonias americanas
Inglaterra
había establecido las trece colonias, entre la bahía
de Hudson y
el río Mississippi, con una población aproximada de
millón y medio de
habitantes, en su mayoría emigrantes ingleses, escoceses e
irlandeses, puritanos
o calvinistas, forjados trabajadores con espíritu de empresa.
La Corona británica
nombraba al gobernador, asesorado por un consejo con funciones legislativas
y
judiciales; el Consejo compartía los cargos legislativos con
las Asambleas; era
en las Asambleas donde participaba una minoría de la población
y fue en ellas
donde nació el sentimiento nacionalista y de ruptura.
En el norte la clase con predominio social y económico era
la burguesía
comercial; en el sur la tierra pertenecía a grandes propietarios
que utilizaban a
esclavos negros en las plantaciones de algodón, azúcar
y tabaco. La metrópoli
imponía el pago de impuestos con destino preferente al mantenimiento
del
ejército y de los barcos para el comercio. Burgueses del norte
y latifundistas del
sur consideraron ¡legales los impuestos sobre el azúcar
y el té; el monarca inglés
Jorge III restableció el orden por la fuerza (matanza de Boston,
1770), centro de
las protestas contra la "tiranía" de la metrópoli,
en la que resultaron muertas cinco personas.
Los bostonianos arrojaron, en 1773, un cargamento de té al
mar en protesta por la implantación del derecho de aduana.
La declaración
de independencia
Los habitantes
de Boston (Massachusetts) pidieron ayuda en la guerra contra Inglaterra;
en Filadelfia el primer Congreso, con representantes de casi todas
las colonias, elaboró la Declaración de Derechos, negativa
a obedecer a la Corona y a pagar impuestos. Inglaterra no aceptó
estas condiciones e inició la guerra. En el segundo Congreso
de Filadelfia los sublevados crearon un ejército al mando de
George Washington y redactaron la Declaración de Independencia
(4 VII¬1776), en la que se subraya que los derechos inalienables
del individuo son la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad; el Gobierno debe preservar estos derechos naturales, en
caso contrario, los gobernados tienen derecho a sublevarse.
Guerra
de independencia
Los colonos
revolucionarios obligaron a capitular a la tropa británica
de Saratoga (1777). Este éxito decidió la ayuda militar
y financiera de Francia (buscaba el desquite contra Inglaterra), de
España (deseosa de recuperar La Florida, Menorca y Gibraltar)
y de Holanda (para volver a adquirir el perdido predominio marítimo).
Las tropas inglesas capitularon en Yorktown (17 X 1781). El Tratado
de Versalles (1783) reconoció la independencia de los Estados
Unidos de América. Francia vio recompensada la ayuda con la
recuperación de parte de las pequeñas Antillas y España
con la de La Florida y Menorca.
La Constitución
El nordeste
inició una creciente industrialización, mostrándose
partidario de la democracia federalista con un gobierno central fuerte
(Hamilton, Adams) mientras el sur y el oeste deseaban la democracia
republicana con independencia de cada Estado (Jefferson)
La Convención de Filadelfia aprobó, en 1787, la Constitución
de los Estados Unidos de América, primera constitución
escrita, que habría de tener gran influencia en Europa y América
del Sur. El poder ejecutivo se confió a un presidente elegido
cada cuatro años; el legislativo se hallaba integrado por la
Cámara de Representantes y el Senado; el poder judicial o Tribunal
Supremo controlaba los conflictos entre Estados y las decisiones presidenciales
que pudiesen ser anticonstitucionales.
INDEPENDENCIA
DE IBEROAMERICA
Antecedentes
de la revolución
En la
emancipación de las colonias españolas intervino un
complejo conjunto de acontecimientos. Se conocía la independencia
de Estados Unidos y la
Revolución Francesa; las sociedades secretas, de carácter
masónico, dominaban las ideas políticas del siglo XVIII
europeo; la burguesía colonial, constituida por los criollos
(blancos nacidos en América) no estaba conforme con el desarrollo
económico impuesto por el proteccionismo de la corona española,
deseaba implantar una economía liberal. La burguesía
criolla, poseedora de gran parte de la economía comercial y
agraria, se hallaba supeditada a la burocracia política española
o portuguesa. La guerra de emancipación fue llevada a cabo
por la burguesía, sin participación de mestizos, indios
o negros. El movimiento de independencia coincidió con la debilidad
social, económica y política de la península
ibérica, invadida por las tropas napoleónicas e ideológicamente
dividida entre absolutistas y liberales.
La independencia
Durante
la Guerra de Independencia española contra la invasión
napoleónica, las provincias españolas de América
también formaron Juntas que asumieron la soberanía en
las capitales territoriales: Caracas, Buenos Aires, Bogotá,
Quito, Santiago de Chile. La caída de Sevilla y el hundimiento
de la Junta Central en 1810 suscitaron los alzamientos emancipadores
en Hispanoamérica, manifiestos en la declaración de
independencia de Buenos Aires (1810) o Venezuela (1811). La emancipación
de México, capitaneada por el cura Miguel Hidalgo, fue en realidad
un alzamiento atípico caracterizado por la revuelta de las
masas indias contra los españoles a quienes apoyaron los criollos.
Al finalizar la guerra estaban dispuestas a seguir unidas a la metrópoli
si Fernando VII les reconocía un Gobierno Constitucional. La
negativa fernandina desembocó en una guerra en la que el ejército
realista español lanzó una ofensiva contra los movimientos
separatistas que, sofocados, reconocieron de nuevo la soberanía
española en 1815.
El general San Martín presionó al Congreso para realizar
la declaración de independencia de Argentina (1816) y en 1818
la logró para Chile. Desde Venezuela, Bolívar organizó
una expedición con la que atravesó los Andes, obtuvo
la victoria de Boyacá (1819) y constituyó la República
de la Gran Colombia integrada por Venezuela, Nueva Granada y Quito.
En 1820 España preparó una gran expedición para
poner fin a la guerra en América, pero el general Riego la
utilizó para realizar un pronunciamiento contra el absolutismo
femandino (Trienio Liberal, 1820 23); este hecho favoreció
la causa independentista porque las nuevas autoridades españolas
firmaron armisticio por seis meses (1820). Reanudada la guerra, Bolívar
obtuvo una gran victoria en la batalla de Carabobo, con ayuda del
Reino Unido y de Estados Unidos; pronto Ecuador se integró
en la Gran Colombia. El último país de América
del Sur en adquirir la independencia fue Perú, siendo precisa
la intervención de San Martín desde Argentina y Chile
y de Bolívar y Sucre desde Venezuela, Colombia y Ecuador; a
fines de 1824 Sucre consiguió la victoria decisiva en la batalla
de Ayacucho, proclamando la independencia de Perú (1825), último
reducto realista.
Uruguay se independizó de Brasil en 1828, cuando ya Brasil
se había separado de Portugal consolidando un imperio constitucional
moderado. La independencia de México, transformada en Imperio
con Itúrbide, se consiguió en 1821. Los estados de centroamérica
se constituyeron en la República Unida de Centroamérica
(1823), integrada por Nicaragua, Costa Rica, Guatemala, El Salvador
y Honduras, sería una federación de breve duración
por el enfrenta¬miento entre sus dirigentes, que provocaron la
disolución y la independencia entre naciones. Los últimos
territorios españoles en América, Cuba y Puerto Rico,
se independizaron en 1898. Panamá se separó de Colombia
y se declaró independiente en 1903.
Evolución
de Iberoamérica independiente
El continente
experimenta un considerable crecimiento demográfico (pasa de
19 millones a principio de siglo a 65 millones en 1900) debido al
crecimiento vegetativo y a la continua emigración de españoles,
portugueses, italianos y ale¬manes, establecidos preferentemente
en Brasil y Argentina.
La burguesía criolla capitalizó el campo agrario con
la introducción de capital y maquinaria extranjeros ampliando
la especialización en monocultivos de cacao, tabaco, café
y algodón, con crisis frecuentes de malas cosechas o de superproducción.
La industria continuó siendo muy escasa y reducida a manufacturas,
imposibilitando la acumulación de capital nacional. El desarrollo
económico y comercial de algunas ciudades de las nuevas repúblicas
estará en función de su situación en la costa
atlántica o en la pacífica. Buenos Aires fue una de
las primeras zonas que experimentó un despegue económico
por la exportación de productos ganaderos.
Entre los países con economía de exportación
destacan Perú con la industria del guano, Brasil con plantaciones
de algodón y café, Argentina con economía agropecuaria
y Cuba con extensos cultivos de azúcar.
La forma de gobierno político más característica
fue la del caudillaje; el caudillo americano es el hombre providencia¡,
popular, que toma el poder mediante la fuerza militar y permanece
en él hasta que es derrotado; suelen aglutinar la voluntad
popular enfrentándose al capital extranjero.
Caracterizó a las nuevas sociedades la inestabilidad política,
manifiesta en revoluciones, pronunciamientos militares guerras civiles
y en las luchas fronterizas. En ocasiones se llegó a intervenciones
directas de potencias extranjeras como cuando Francia, apoyada por
el Reino Unido y España, intentó crear un imperio en
México. El enfrentamiento entre Argentina y Brasil por la expansión
hacia la parte oriental del estuario del Plata trae como consecuencia
la creación del Estado de Uruguay. Brasil y Uruguay se enfrentarían
a Paraguay, que perdería numerosísima población.
Chile impidió la salida al mar de Bolivia.
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